lunes, 27 de enero de 2014

Comienzo del libro "Diario de un parto (o tres damas en mi jardín)"





                                     A Sheila

Mujer, no soy digno
de que entres en mi alma,
mas un beso en mis labios tuyo
bastará para salvarme.




  




21-10-09 (De madrugada)

Porque ya empiezo a creer en los sueños
y porque cada día amanece;
y porque este volcán crece y crece
aunque no queramos tú y yo, sus dueños.

Porque tus ojos son rayos vitales
que hacen florecer mil camposantos,
y porque llenas de otros diez mil cantos
los silencios que parecen mortales.

Porque cada rosa que hay en tu risa
huele a mar en verano, a paraíso
inmortal; porque mi corazón quiso
amarte tan despacio y tan deprisa.

Porque si marchas se apagan las luces
de esta carretera; porque si vienes
esperándote, impaciente, me tienes
desclavándome de todas las cruces.

Porque si amanece pero no estás,
anochece; porque si no te tengo
ya no sé si es que voy o si es que vengo.

Porque me urges para vivir en paz.




              22-10-09

Que callen los vientos, ¡callen!
Que se marchen sus susurros
de las calles.

Ahora quiero silencio
tan puro como las plumas
del almendro.

¡Que callen los vientos! ¡No hablen!
Quien los llamó que les diga
que se marchen.

Que necesito el silencio
limpio y alto de los montes
de este pueblo.

¡Que callen los vientos! ¡Lárguense!
Váyanse sus alaridos
por los valles.

Ando buscando silencio,
gran amigo inspirador
de estos versos.

¡Que callen los vientos! ¡Callen!


25-20-09

Tu nombre rima con eternidad,
pero casi siempre con alegría
fresca, que da de comer a mi día
y a mi noche la llena de verdad,

verdad de pasión. Tu nombre es piedad
y lujuria, aventura que pedía
mi triste vida de monotonía
seria, hasta que llegó tu libertad.

Tu nombre es en la oscuridad mi sol,
mi canción, mi gaviota de colores,
mi tálamo, mi reina de las diosas,

mi alba espuma de las sangrientas rosas,
mi calle dulce, y de los amores
tu nombre es el único amor.



25-10-09 – 10-11-09

Atravesarás unos mares verdes
de espliego verde y de verdes pinos,
sin otras algas, caracolas, peces,
que los que publican sus tallos finos.

Allí estoy. Allí vivo. Allí sueño

mis versos.

No hay comentarios: